“Missing Children”
era la Fundación que vice presidía la socióloga María Marta García Belsunce,
asesinada el 27 de Octubre de 2002 en su casa del Country “El Carmel”. Al
momento de la muerte de María Marta, la Fundación atravesaba un grave problema
financiero de alrededor de u$s 300 mil; en el entorno más intimo, la
desprolijidad financiera se la adjudicaban a Carrascosa experimentado agente de
bolsa, y al decir de algunos, vinculado a una red financiera no del todo legal,
cuestión que habría acrecentado las discusiones entre los cónyuges.
A Carrascosa se lo
sindica como coautor del asesinato y parte de su familia como encubridor del
mismo, cuestión que llevó al Fiscal adjunto ante el Tribunal de Casación de la
Provincia de Buenos Aires, Jorge Roldan, a dictaminar el día Viernes en contra
de que se le otorgue el beneficio de excarcelación mientras se revise su
condena, porque considera que la pena sigue vigente, hay peligro de que se
fugue por sus medios económicos y su salud no se deteriora por estar en la
cárcel. Afirmando que el fallo de la Corte Federal, mantiene incólume la
sentencia condenatoria dictada por el tribunal de Casación bonaerense.
A su sobrino Horacio
Ognio, fue entonces el Fiscal Molina Pico quien lo puso en evidencia al revelar
la pérdida de un revólver marca Orbea calibre 22 de su propiedad, similar al
utilizado en el asesinato, pero que nunca había sido denunciado sino hasta que
se lo exigió el RENAR. Que el certificado de defunción de María Marta extendido
por la “Cochería Sierra” resultara apócrifo, dejó también las dudas en cuanto a
la autenticidad de la constancia de robo de la mencionada arma presentada a
posteriori, robada sobre un total de ocho que poseía de muchísimo más valor ¿?.
En una teoría que apuntó a saber si Carrascosa que viajaba habitualmente a la
Provincia de Corrientes, pudo haberse llevado el arma al Country Carmel, para
“garantizar la seguridad de su casa”.
Este Ognio, es el
mismo que el mes pasado cobró nuevamente notoriedad pública al desaparecer misteriosamente
su yerno Damián Stefanini, y el mismo que se apresuró a decir acompañado por un
hombre de prensa en vez de abogados, que Stefannini era un hombre honesto y
trabajador. Pero lo que no dijo Ognio fue que su yerno estaba vinculado al
“dinero negro”. Se lo relaciona con la misma mesa de dinero que operaba
Sebastián Forza, una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez
vinculado a la “efedrina”, ya que intercambiaban cheques en el mismo lugar de
la calle Sarmiento al 500 y 700. Que el Audi S4 blindado que manejaba
Stefannini pertenecía o habría pertenecido a Federico Elaskar, quien fuera
titular de la “cueva financiera” de Puerto Madero llamada “la rosadita”,
situada en el mismo edificio donde vive el Vicepresidente de la Nación Amado
Boudou.
Que el barco que se
adjudicada como propio, en realidad no era de él, lo estaba vendiendo, lo
mostraba, cobraba señas y no las devolvía, que el propietario era el
“empresario gastronómico” Miguel Ángel Lamparelli; es un yate de lujo que estaba
embargado y se encuentra interdicto por la Justicia. Lamparelli fue quien se
quedó con la Ferrari de Leonardo Fariña, se lo sindica como testaferro del
narco colombiano Luis Agustín Caicedo Velandi alias “don Lucho”, capturado en
nuestro País en 2010.
Lamparelli junto con
Adrian Gago Marcal y Marisa Pomponio, fueron procesados y en Julio de este año
la Sala II de la Cámara Federal, confirma el fallo al tratarse de una banda
dedicada a estafar con certificados impositivos falsos, cobraban sumas
millonarias de las empresas que compraban los certificados de buena fe, pero
cuando a los empresarios les llegaban intimaciones de la AFIP por falta de pago
de sus obligaciones y se daban cuenta de la estafa, para entonces la “banda” ya
había juntado millones.
Que es muy extraño
que el Gobernador de la Provincia de Corrientes Ricardo Colombi, llamara al
Ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados. Como también que un alto
Jefe de la SI recibiera una carta con amenazas justo cuando comenzaba a
investigar el caso, denunciando el hecho en la Fiscalía; aunque esto último Horacio
Ognio no tendría porque saberlo. ¿O sí?.
Carlos Lamparelli
junto a otros, pertenecían al mismo “grupo” que comandaba Leonardo Fariña. El
Jefe de todos ellos era Carlos Molinari quien fuera el titular de la Ferrari
que utilizaba Fariña y comprara Lamparelli, también fue quien se hizo cargo y
se presento ante la AFIP como poseedor titular de los bienes de su protegido
cuando el escándalo de divorcio con la modelo Jelinek. Hizo negocios con otro
de sus “ahijados”, Sergio Schoklender en la “Fundación Sueños Compartidos”, y aparece
junto a éste vinculado a una red de constructoras de propiedades, con sede en
Miami, que con tecnología de origen israelí, aplicaron en sus emprendimientos
en Argentina; en consecuencia todos unidos en un mundo de estafas y lavado de
dinero.
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