Encubrir la realidad
El síndrome de Argentina.
Estos días cargados de tanta simulación por parte del “aparato estatal”, de una hipocresía gubernamental que ha contagiado hasta al último de sus seguidores, no reconociendo jamás la grave crisis que vive el País, y faltando a la verdad con el mayor de los descaros; donde el elenco presidencial, se ha convertido en un impulsor permanente de la crispación y la polarización, dejando constantemente como meta mensaje, que son ellos o el caos, tratando de infundir en la sociedad, tal vez sin darse cuenta, que el miedo y el temor al que apelan recurrentemente, generan fastidio y cansancio social; en vez de impregnarse de serenidad, concordia y unidad, como un ansiado mensaje de paz al sufrido pueblo argentino.
Resulta que ahora pareciera ser que el Gobierno Nacional, necesita un “chivo” o varios “chivos expiatorios” a quienes echarles la culpa de “todos los males” y del “síndrome de Argentina”. Puntualmente me estoy refiriendo al líder de la CGT Azul y Blanca Luis Barrionuevo, que con la sinceridad que lo caracteriza, expreso días pasados que “La Presidenta dijo que si la inflación llegaba al 25%, estallaba la Argentina, lo dijo, y vamos a estar en el 40% de inflación, así que la que preanuncio lo que viene es la propia Presidenta; yo digo: no sabe dónde está parada”.
Interpreto que cualquier politólogo o analista político, con los índices a los que hace referencia el dirigente gastronómico sobre el nivel de violencia social que padecemos, y con la ineficiencia de los responsables del Estado en encontrar soluciones, hubieran también pronosticado como posible o probable, un escenario político-social con convulsiones. Lo realmente sorprendente no son las declaraciones de Barrionuevo, sino las del Jefe de Gabinete que pretende encuadrarlo en un delito de “acción pública”, siendo que las declaraciones no hacen más que describir la realidad de los argentinos, y no el relato que el aparato de propaganda oficial pretende hacernos creer. Realidad que también muchos dirigentes políticos, sociales, empresariales y gremiales aprecian en privado, pero que pocos a casi ninguno se anima a manifestar públicamente.
Como no me gusta la hipocresía ni los hipócritas que levantan el dedo acusador, quiero en consecuencia reflejar mis más sinceras convicciones que son las de muchos compatriotas, de una Argentina donde la mayor inseguridad por sus desaciertos y torpezas, pareciera ser nuestro Gobierno. Me pregunto, porque con el poder que ostenta el Jefe de Gabinete, en vez de pretender incriminar judicialmente a un líder de la oposición, no instruye a los Fiscales para que investiguen los delitos de “acción pública”, que pudieran haber en el entorno del poder, y también para que investiguen debidamente las causas penales de sus amigos políticos que suelen dormir el sueño eterno; o escuchar aunque sea una voz oficial que refiera a la vergüenza de tener al Vicepresidente de la Nación, denunciado en tantas causas penales y sospechado de gravísimos delitos incompatibles con la función pública. Pareciera que este record pertenece a otro país.
Ante ello, vemos entonces, que la injusticia es la falta o ausencia de Justicia. Si entendemos que la Justicia es la búsqueda del bien común y del bienestar conjunto, la injusticia será entonces el beneficio de “algunos” en pos del perjuicio a otros.
Quiero recordarles a nuestros lectores al filosofo Platón, cuando decía “La peor forma de injusticia es la Justicia simulada.” Vaya si tenía razón.
Ahora bien, la imparcialidad, es un criterio de Justicia que sostiene, que las decisiones deben tomarse en base a criterios objetivos, sin influencias de sesgos, prejuicios o tratos diferenciados por razones inapropiadas. Pareciera que hoy, en nuestro tiempo, las cosas en nuestra querida Argentina, no son así.
Conclusión
Recordemos que nuestra querida democracia, no es el silencio o la mentira de algunos, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos. No se vence, se convence; y es el sistema político, que desde el punto de vista moral, mejor respeta los derechos de la persona, reconoce el pluralismo, se basa en la igualdad jurídica y garantiza las libertades de todos quienes conformamos una sociedad.
Lo expuesto, me trae a la memoria, el “síndrome de Argentina” que estamos padeciendo como sociedad desde hace muchos años y me lleva a concluir, que si la Justicia existe, debe ser para todos; nadie debe quedar excluido, de lo contrario ya no sería Justicia y con ello, estaríamos “deformando” los preceptos sagrados Republicanos de nuestra Constitución Nacional.
Fuente: http://informadorpublico.com/2014/09/13/encubrir-la-realidad/
No hay comentarios:
Publicar un comentario