Una clara muestra de incumplimiento de los deberes de funcionario público es la ausencia del Estado.
El concepto de corrupción se ha definido de
muchas formas, pero este es el que a mi particularmente más me satisface,
porque es claramente entendible y además, podemos contrastarlo con la lamentable
realidad que día a día y desde hace ya varios años, sufrimos en nuestra querida
Argentina, "es el uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado"; "todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como
consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político"; o simplemente como "el uso arbitrario del poder".
Veamos ahora algunas de sus causas y consecuencias.
En primer lugar destaco que en general favorece a la consolidación de un grupo,
casi siempre minúsculo, con fuerte incidencia en la política y economía. En consecuencia,
la corrupción erosiona la credibilidad de los gobiernos, cuestionando en
algunos casos su legitimidad, reproduciendo una concepción patrimonialista del
poder y reduce los recursos públicos para el desarrollo y el bienestar social. 
La corrupción de un Estado se manifiesta
claramente en la supremacía de un Poder sobre él o los otros, en nuestro País
en particular, el Poder Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial; permitiendo
a modo de ejemplo la aprobación de Leyes como la “Reforma al Código Civil”, al “Código
Procesal Penal”, la “Ley de
Abastecimiento” y ahora la “Ley de
Hidrocarburos” y la “Ley que
beneficia a las Telefónicas”, en clara contradicción esta última con la
“Ley de Medios”, puntualmente porque
 prohibía a las telefónicas tener medios de
comunicación, y en general porque es evidente un tácito monopolio de los
elementos determinantes del Poder, que carecerían de
sustento y me animaría a decir, de legitimidad popular. Todo ello, a mi
entender, revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación,
ya que son en algunos casos Leyes de autoadministia encubierta, y en otros
verdaderos monopolios, que a través de su entramado, logran con una verdadera ingeniería
que la licitación de la obra pública, caiga y recaiga sobre los mismos grupos y
personas, desarrollando de tal manera su accionar, que la Justicia necesitaría no
menos de 100 años para su desentramado e investigación. 
Por qué digo ausencia de Estado y un “caso testigo”.
Los hechos cotidianos, hablan por sí solos, los
importantes y los que aparentan no serlo. No pretendo entrar en un profundo análisis
de cuáles son sus causas, y sus motivaciones, porque quizá me obligaría a
escribir muchas páginas. Si digo en una apretada síntesis, que nos encontramos
ante una definida AUSENCIA DE ESTADO para las cosas que realmente importan al
ciudadano de a pie;  el Gobierno
Nacional, Provincial y Municipal, salvo honrosas excepciones que por suerte y
para bien de algunos las hay, el Estado ha desaparecido ya sea porque sus
autoridades no quieren actuar, o no quieren comprometerse, o lo que es peor aún,
son ineficientes. Tal vez les interese mas depositar toda su energía en
intereses particulares, que evidentemente no son los del bien común. Somos
muchos los que venimos advirtiendo y alzando la voz sobre la ausencia de Estado,
particularmente en lo que vulgarmente llamamos “temas calientes” y “zonas
calientes”.
Les confieso a todos los lectores, que me alegré
sobremanera cuando el Gobierno logró recientemente el lanzamiento del primer satélite
geoestacionario Arsat1, pero considero también que la caridad bien entendida
empieza por casa, y al mencionar esto, me refiero a nuestra Argentina, a
nuestros compatriotas en el contexto del impresionante y reciente temporal de
lluvia y viento que nos afecta.
Millares de personas dejan sus casas, el temporal
además de las inundaciones generó complicaciones en el suministro eléctrico,
rotura de puentes y caídas de postes entre tantas otras consecuencias,
esperando que no se registren pérdidas de vidas humanas. 
La falta de apoyo oficial, la falta de políticas de
prevención y  de políticas de Estado, me
llevan a decir que lo más grave es cuando el Estado está presente políticamente,
pero ausente en las necesidades del pueblo; esto no es un definición científica,
si una realidad incontrastable que hoy se vive en la Argentina.
Como “CASO
TESTIGO” me voy a referir puntualmente a un Distrito de la Provincia de
Buenos Aires, en este caso a Moreno,
donde al día de hoy, se calcula que un 40% de la población fue damnificada por
la fuerte inclemencia del tiempo. En la mañana de ayer, se reunieron las
autoridades del Departamento Ejecutivo Municipal encabezado por su Intendente Mariano
West, para analizar lo que debería ser ante la crisis un “comité de emergencia”,
lo sorprendente fue la directiva emanada por el Intendente West “todos
los reclamos que se recibieran en las distintas dependencias municipales, la respuesta
al vecino debe ser las cuadrillas están en la calle” “están en camino”.
¿Porque que digo sorprendente?, porque obligaron al personal municipal a faltar
a la verdad, ya que en la calle los únicos que se movilizaban eran los vecinos ayudándose
entre sí, personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Bomberos Voluntarios,
algunos Ediles de la oposición, destacándose la nutrida y entusiasta juventud que
lideran el Concejal Damián Contreras (F.R), y la dirigente social Fabiana A.
Palazzo. Los “4 centros de evacuados” que figuran al momento en la página
oficial de la Municipalidad de Moreno no son tales, dado que para acceder al
lugar, los damnificados deben autoevacuarse, cuestión que resulta en la mayoría
de los casos imposible de realizar.
A la Luz de los hechos la preocupación mayor de
este Intendente Municipal, además del cruel engaño y la falta de Ética en el
ejercicio de la Función Pública, fue la celebración de los 150 años de la fundación
de su Distrito, y el pago de alrededor de 250.000 que habría recibido León
Gieco como artista invitado, cuestión que sin duda consideró le dejaba marketing;
pero no movió las manos no solo ahora, en beneficio de la población, sino
tampoco lo hizo durante los casi 20 años que se encuentra al frente de la
responsabilidad municipal. 
Conclusión
Todo acto donde deba estar
el “Gobierno” en cualquiera de sus niveles y no esta, se llama “ausencia de
estado”. En el caso particular de las
recientes inundaciones, la solidaridad de los ciudadanos una vez más cumple el
rol “de los ausentes”. 
El resto de la conclusión,
en esta oportunidad, la dejo para que cada uno de los estimados lectores llegue
a la suya.
Oscar DufourBs. As., Octubre 30 de 2014.
Fuente: Informador Publico.com

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