¿La última batalla
de la guerrilla y la última locura política?
En pocos
días se cumplirán 26 años del copamiento al Regimiento de La Tablada, y a
pedido de nuestros lectores, republico mi nota escrita hace un año atrás -14 de Enero de 2013- para el InformadorPublico.com, con
el convencimiento que ayudara a las nuevas generaciones a aproximarse a la
verdad histórica, ya que en esta última década toda la guerrilla fue
glorificada por el Gobierno Nacional que actualmente preside Cristina Fernández
y anteriormente su predecesor Néstor Kirchner, y al parecer para quienes lo
integran o lo integraron, lamentablemente algunos asesinatos son condenables y otros
no tanto, o directamente los ignoran dependiendo quien sea el victimario,
potenciando y profundizando con ello la grieta y fractura social expuesta en
nuestra querida Argentina, cuestión que se hubiera salvado si todos los
asesinatos y atentados terroristas hubieran sido juzgados por igual,
provinieran de donde provinieran.
El 23 de Enero de 1989, terroristas integrantes del
MTP (Movimiento Todos por la Patria) tomaron el Tercer Regimiento de Infantería
Mecanizada General Belgrano, de la localidad de La Tablada, Provincia de Buenos
Aires. Luego de la Batalla, el saldo de las tropas legales fue de 12 muertos y
54 heridos, contando además 2 civiles muertos y 4 heridos. Del Ejército
Argentino 2 oficiales, 3 suboficiales y 3 soldados. De la Policía de la Provincia
de Buenos Aires 1 oficial y 3 suboficiales. De la Policía Federal 2 agentes
heridos. Los terroristas del MTP muertos fueron 32, 20 detenidos y se desconoce
la cantidad de fugados como así también la cantidad exacta de participantes en
el atentado.
Esa mañana el Estado Mayor del Ejército, solo le había
informado al Presidente Raúl Alfonsín y a los funcionarios convocados en la
Casa de Gobierno, que “alguien” -esa fue la palabra utilizada- había copado el
cuartel militar de La Tablada. ¿Son carapintadas? fue lo primero que preguntó el
Gobierno. A las nueve y media el titular de la SIDE, Facundo Suarez llamó al
entonces Presidente de La Nación para confirmarle la información que todos
buscaban. “Raúl, es verdad, son del MTP”, Alfonsín gritó: “¡No puede ser! ¡Que
hijos de mil putas!”. Dicen, los que lo conocieron bien de cerca, que desde ese
día el Presidente Alfonsín no volvió a ser el mismo de siempre.
Así comenzaba un ataque terrorista a sangre y fuego,
rechazado también a sangre y fuego por las fuerzas legales. La mañana del 23 de
Enero de 1989 fue una de las más trágicas de la historia argentina. A la
madrugada 06:30 hs. un número incierto de terroristas del MPT -dicen 42-
tomaron por asalto el Regimiento de la Tablada, a bordo de un camión y seis
autos. El jefe terrorista Enrique Gorriarán Merlo “alias” Ricardo o Richard
(ese fue su apodo en la “Tablada”) o también Pelado, Ramón, José Miguel Marín o
Comandante Ángel; y parte de la cúpula del MTP, seguían los acontecimientos
desde afuera del Regimiento.
La crónica y el relato detallado de los hechos ya son
parte de innumerables crónicas, inclusive libros. Ahora, tratemos de ver un
poco más allá y analizar algunos hechos claves que están relacionados, con
datos poco conocidos, y que sin duda, servirán a los lectores para llegar a sus
propias conclusiones.
Preguntémonos, ¿Qué pretendía el MTP con este ataque
terrorista? ¿Quiénes lo integraban? ¿Cómo fue que una agrupación política que
buscaba insertarse en el sistema democrático, terminó por empuñar las armas
contra esa misma democracia? ¿Cómo fue que el MTP dio por sentado que iba a
contar con un masivo apoyo popular cuando, en cambio, despertó el terror y
apresuró el deterioro del Gobierno de Raúl Alfonsín, que ya venía en fuerte
caída y configuró un gigantesco e irreparable “error ” que repudió
toda la sociedad?. Seguramente sus respuestas, van a ser respondidas cuando en
el transcurso del devenir de la historia, sean divulgados algunos hechos que
aun hoy permanecen en el hermetismo público.
Así se lanzaba el MTP, lo que quedó de la agrupación
original, a la “Batalla de La Tablada”. El plan era simular un alzamiento
carapintada y una actuación mesiánica y espectacular del MTP para evitar
el “golpe” contra Alfonsín, y marchar así victorioso, en los tanques del Regimiento,
hacia la Casa de Gobierno. Entraron a la Unidad Militar lanzando panfletos
apócrifos de un supuesto “Nuevo Ejército Argentino”, vivando a los carapintadas con la manifiesta
intención de confundir y disfrazar la verdadera identidad de los atacantes y sus
propósitos.
Entre los terroristas del MTP al margen de su jefe
Gorriarán, hay dos personajes claves, uno es Francisco “Pancho” Provenzano, de
estrecha amistad desde la niñez con Enrique “Coti” Nosiglia (al momento de la Batalla,
Ministro del Interior), con quien mantuvo herméticas y periódicas charlas antes
y durante el ejercicio de su función pública; Provenzano participó en la
Batalla y murió en ella. El otro es Fray Antonio Puigjane -algunos lo sindican
como ingresante al Regimiento de Tablada portando una ametralladora calibre 50’,
otros refieren que aparentemente no habría participado en el combate; lo cierto
es que estuvo muy comprometido en el mismo, su quinta familiar “Casablanca”
situada en la localidad de Moreno Provincia de Buenos Aires, habría servido
entonces como centro de reunión a muchos de los integrantes del grupo
terrorista MTP; teniendo además en las cercanías un lugar llamado “el dique”, donde
algunos de sus elementos habrían sido vistos entrenándose en prácticas de tiro
etc.. Uno de los terroristas detenidos que participo en el “Combate de
Tablada”, declaró que en una “quinta de Moreno” le dijeron que iban a hacer una
toma simbólica y que no iba a haber tiros. "Era tomar el cuartel y
salir". Según el preso, que era albañil, en la misma quinta le dieron una
escopeta y las instrucciones para usarla, pero una vez adentro del cuartel,
cuando quiso dispararla, el arma no funcionó. Esa “quinta de Moreno”, ya lo
mencione ut-supra, habría sido la denominada “Casablanca” que era propiedad de
la hermana de Fray Antonio Puigjane.
Para comprender el tema del asalto al Regimiento de La
Tablada impulsado por la necesidad de entender el sentido o la locura de esa
acción, a medida que se va avanzando en la tarea, vamos descubriendo que la
labor no es una labor solamente de reflexión, sino que reside sencillamente, en
desentrañar la mentira organizada
que protegió el ocultamiento de su verdadera finalidad. Ahora bien, ¿Cuál era su verdadera finalidad?
En la acción de La Tablada nos hemos encontrado con
una mentira que opera en dos registros, un primer registro consiste en la
fabricación de una escena -un falso levantamiento carapintada- que ha de
posibilitar la construcción de la segunda mentira, que refiere a la intención
de la acción de incursión en el cuartel -parar el alzamiento-; la primera
mentira ha de hacer verosímil la segunda, brindándole el soporte de realidad
fáctica.
Veamos; la formación del MTP (Movimiento Todos
por la Patria), fundado en Managua en el año 1986, fue el corolario de la
creación de la revista Entre Todos, surgida también en Nicaragua hacia fines de
1983 de la reunión del grupo de antiguos militantes del PRT-ERP, nucleados
alrededor de Gorriarán Merlo, con individuos o grupos provenientes de otras
experiencias de la izquierda de los años ‘70. El grupo del PRT-ERP reunido en
torno de Gorriarán, que había participado de los momentos finales de la
“Revolución sandinista” de julio de 1979, representaba probablemente entonces
la única expresión organizada de lo que había sido el PRT. Recordemos que
Gorriarán tenía el grado militar de Comandante en el Ejército Sandinista y que
intentaron por todos los medios disponibles, la inserción de esta “agrupación
terrorista” en la Argentina de la democracia y en los órganos de prensa que
editaron para respaldar sus acciones políticas, aportando para ello, un millón
de dólares al proyecto del diario Página/12. Es bueno recordar
también, que el periodista Alfredo Leuco, su verdadero nombre Alfredo Manuel Lewkowicz,
perteneció en algún momento precedente al ataque a La Tablada a la estructura
partidaria del MTP, hablando en su nombre en un acto que se hizo en ATE Capital
a los pocos días del triunfo de Antonio Cafiero en 1987, y que previo a ello en
los años de plomo habría pertenecido desde su juventud también al ERP; dicen
los que no lo quieren demasiado, que sobre armas y bombas también sabía
bastante.
Integraron el grupo terrorista del ataque al cuartel
de La Tablada, extranjeros y terroristas argentinos entrenados en Nicaragua.
Existe variada información y se sospecha firmemente de que el coronel cubano
apodado “Renán Montero” -identificación real Andrés Barahona López- que
combatió en Bolivia; que intervino en el diseño de la operación del “Ejército
Guerrillero de los Pobres” en la Provincia de Salta (1963/64); que participó
luego en Nicaragua con el cargo de jefe de la 5ª División de Inteligencia y se
desempeñó además como jefe del sector donde actuaron los terroristas
argentinos; fue quien habría sido sindicado como el autor o coautor intelectual
del ataque a los cuarteles de La Tablada. En un reportaje de entonces (1989 -
Revista Gente, edición especial), un oficial del Ejército que combatió decía:
“[…] usaban palabras que acá no conocemos como “rastreo” que es muy usado
en Centro América. Acá decimos “rastrillaje”… "además escuché
a alguien hablar con acento centro americano […]". En el registro de
muertos, más precisamente en su anexo, se pueden observar que hay 7 que habían
pertenecido al Ejército Sandinista, además de un paraguayo y una brasilera. No
todos eran argentinos, el mismo Gorriarán en sus “memorias” reconoce que
algunos integrantes argentinos de la organización terrorista, habían
pertenecido al “Ejército Sandinista” y combatieron en algún caso, hasta
alcanzar el grado de Capitán en la guerra revolucionaria marxista de Nicaragua.
(Consta en la Causa Nro. 1722 del Juzgado Federal de San Martín. Secretaría Nº
31).
En el ataque terrorista al Regimiento de La Tablada participaron
dos grupos debidamente identificados, uno que ingresó al cuartel en la forma ya
indicada precedentemente y otro, no identificado, que actuó fuera de las
instalaciones militares, en actividades de hostigamiento (francotiradores),
como así también en agitación popular y apoyo sanitario, llevadas a cabo por
personal mimetizado entre la población civil que rodeaba a los cuarteles.
El concepto de esa “operación”, planeada y comandada
desde fuera de las instalaciones militares por Enrique Gorriarán Merlo, fue
claramente determinado por la documentación secuestrada durante y después de
las acciones de recuperación de las instalaciones militares, entre la cual se
encontraba la proclama inicial que los terroristas del MTP pretendían difundir
por emisoras radiales, previo copamiento de éstas; una segunda proclama en la
cual se instrumentaba un plan de emergencia luego que el “gobierno del pueblo”
accediese al poder. Si esta “operación” hubiera tenido éxito, se sospecha
con certeza, que igual actitud se habría adoptado en otras zonas del País,
particularmente en Córdoba y Rosario, lugares donde luego se comprobó que
existían grupos similares al que actuó en La Tablada el 23 de Enero de
1989.
Pero hubo un factor inesperado y aparentemente no
previsto por los terroristas, fue la
enérgica y decidida reacción inicial de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires comandadas por el Comisario Inspector Emilio García García (muerto en el
combate), que de inmediato estableció un cerco de las unidades tomadas, impidiendo
concretar la parte inicial del plan subversivo previsto, que sintéticamente
consistía en tomar la unidad, apoderarse de armamento y munición, distribuir
los supuestos panfletos apócrifos carapintadas (de Seineldin y Rico), y
posteriormente retirarse del cuartel para iniciar la segunda fase, “agitación
popular”.
Recordemos, que días previos al copamiento de La
Tablada, más precisamente Diciembre de 1988 con la cara pública del abogado
Jorge Baños, (“militante de la defensa de los derechos humanos”), y la jefatura
en las sombras de Enrique Gorriarán Merlo hacía su aparición pública el MTP con
denuncias de “golpe” en diversos medios de comunicación social, en una clara “operación
de acción psicológica” que activaba el “plan” que daba comienzo a la ejecución de
la acción terrorista. Baños conoció a
Gorriarán en un viaje a Nicaragua a principios de los ochenta, y ya asociado al
guerrillero, integró la mesa directiva del MTP desde su fundación en Mayo de
1986. El MTP tenía una relación
cotidiana con casi todos los partidos políticos. En aquel Enero de 1989,
Enrique “Coti” Nosiglia (Ministro del Interior), y Carlos Becerra (en ese entonces
Secretario General de la Presidencia de la Nación), habían conversado
informalmente con Baños y Francisco Provenzano (alias “Pancho”). En sectores de
la UCR, algunos miraban con simpatía la estrategia visible y manifiesta del MTP
-de denunciar un supuesto “golpe”- suponían que, ciertas o no, las denuncias que
afectaban de algún modo al candidato presidencial Carlos Menem y su entorno, y
la idea de que la democracia estaba en peligro, podían brindarles algún rédito
electoral.
Sigamos recordando los momentos previos al ataque del
Regimiento de la Tablada; a fines de Diciembre de 1988, Roberto Felicetti (MTP),
almorzó en un restaurante de Congreso con algunos altos dirigentes del PI
(Partido Intransigente). Para la misma fecha, la conducción del PC (Partido
Comunista) encabezada por Patricio Echegaray, recibió al MTP en una conocida
oficina de Corrientes y Callao.
Ahora veamos, ¿Qué relación tuvo el entonces poderoso
Ministro del Interior del Presidente Alfonsín, Enrique “Coti” Nosiglia, con el
episodio del ataque al Regimiento de La Tablada? ¿Planeó él mismo la “operación”
para desenmascarar a la guerrilla y capturar a sus principales referentes? ¿O
se trató de una maniobra política para favorecer la imagen del ex Presidente
Raúl Alfonsín? Son preguntas que hasta hoy, no tienen respuestas y que generan
más dudas que certezas.
Francisco "Pancho" Provenzano, uno de los
cabecillas del grupo que ingresó al cuartel de La Tablada, que combatió y murió
en circunstancias no muy claras, era casi de la familia del entonces Ministro
del Interior. Su padre y su hermano fueron médicos de la familia Nosiglia.
¿Esas relaciones familiares bastaban para incluirlo para siempre en las
sospechas? Parece que había mucho más. Los primeros en señalar al “Coti” fueron
los entonces apóstoles menemistas, metidos de lleno en el lanzamiento de la campaña
presidencial del Dr. Menem; el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, con su
olfato político y su característica sinceridad brutal, lanzó entonces su
razonamiento sin vueltas, "Esto lo organizó el ‘Coti’, esto lo organizaron
los radicales"; teniendo recién después del mediodía la confirmación
oficial de que era el MTP. Sin embargo, poco antes el vocero presidencial José
Ignacio López, había dicho a los periodistas acreditados en Casa de Gobierno,
que se trataba de una incursión carapintada. Más tarde, el propio “Nacho” López
leyó un comunicado en el cual calificaba a los atacantes como
"delincuentes”, sin adjudicarles pertenencia ideológica a ningún sector.
¿Por qué si el Gobierno tenía la información de que era el MTP desde la mañana
(09:30 hs), seguía ocultándolo hasta pasado el mediodía?.
También despertó muchas suspicacias que el entonces
diario oficialista “La Razón”, titulara su quinta edición, "Grupo
seineldinista copó el Regimiento 3 de Infantería". ¿Quién había pasado esa
información al diario con línea directa a la Casa Rosada?
Esta estrecha relación entre Enrique Nosiglia
(Ministro del Interior) y Francisco Provenzano (MTP), fue muy publicitada en
los meses previos al ataque de La Tablada por el periodista del entonces semanario “El Informador Público” y hoy su Editor Dr. Guillermo Cherashny. Recordemos que diez días antes del ataque del 23 de Enero de
1989, Cherashny con la valentía, honestidad y buena información que lo
caracterizó siempre, escribió una columna con el título "El ERP y la Coordinadora".
Allí decía, hace 26 años, que un sector del ERP liderado por Gorriarán Merlo y
la Junta Coordinadora Nacional de la UCR Capital -que lideraba Nosiglia- habían
alcanzado un "acuerdo táctico". En el mismo artículo, señalaba que
Gorriarán había invertido un millón de dólares en un diario de centroizquierda,
no aclaraba entonces que era Página/12, pero a las claras se intuía. A la
semana siguiente, el 20 de Enero, Cherashny volvió a la carga con la presunta
alianza entre el MTP y la Coordinadora, en su columna afirmaba que Nosiglia les
había pedido a los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y
Seineldín. El Dr. Guillermo Cherashny también escribió sobre un encuentro entre
Enrique Nosiglia y los dirigentes del MTP, Felicetti y Provenzano a fines de Diciembre
de 1988, en la “Confitería Paladium”, donde circularon también fotos que lo
documentaban en revistas de actualidad de esos años.
Por cierto, fueron para la época, datos más que
reveladores y que comprometían de alguna manera al entonces poderoso Ministro
del Interior del Presidente Alfonsín. De los embates tampoco se salvó Carlos
Becerra, quien a posteriori en Septiembre de 1989, fue acusado públicamente por
el ex Presidente de la Nación Arturo Frondizi, responsabilizándolo de haber
participado en la organización de los sucesos de La Tablada; era el mismo
Becerra que el Presidente Alfonsín frenó en 1986 de viajar a Managua representado
al Comité Central de la UCR, en ocasión de reunirse los partidos políticos
democráticos de América latina, y el mismo que en 1968 participó en el
“Cordobazo”.
Recordemos también, que unos días antes del ataque a La
Tablada, sucedió un hecho que pasó desapercibido y no fue muy comentado o bien
se trató de silenciar; un Oficial Principal de la Policía Federal que se
encontraba destinado en Casa Rosada, es dado de pase a una Comisaria o
Destacamento de Tablada distrito de La Matanza, este hecho que no tuvo nunca
explicaciones ni respuestas claras, también se le adjudicó al entonces Ministro
del Interior de Alfonsín, Enrique Nosiglia.
A modo de conclusión
Lo cierto, es que la hipótesis del “golpe” contra el Gobierno
de Raúl Alfonsín, nunca se pudo corroborar y todavía se sospecha firmemente, si
los terroristas del MTP no fueron protagonistas de una “operación de
inteligencia” que los impulsó al ataque terrorista a esa Unidad Militar.
En el año 2000, merced a una conmutación de penas
decretadas por el Presidente Fernando de la Rúa, muchos presos de La Tablada
recuperaron la libertad. En 2003, el Presidente Eduardo Duhalde con fuertes
críticas, aún de su propio entorno político que hoy perduran, decretó la
amnistía de los últimos presos de La Tablada. El terrorista Enrique Gorriarán
Merlo quien protagonizara los hechos terroristas más violentos de la década del
‘60, ‘70’ y ‘80, falleció pocos años más tarde, un 22 de Septiembre de 2006 en
el Hospital Argerich, después de sufrir un accidente cardiovascular, trasladado
de la ciudad de San Nicolás, la misma que lo vio nacer. Con su muerte, llevó
también a la tumba sus secretos.
Todo fue un horror, pero un horror del que
oportunamente le habían advertido al Gobierno del Dr. Raúl Alfonsín que podría
ocurrir. La respuesta lamentablemente fue siempre la misma, “la democracia
hacía imposible la vuelta de la guerrilla, estos anuncios eran cosas de
militares para influir en la búsqueda del poder perdido”.
Dicen que el terrorista Enrique Gorriarán Merlo y
otros como él, lloraron entonces a sus muertos; pero jamás lo hicieron por las
14 personas que mataron y las 58 que dejaron heridas y mutiladas en el ataque
terrorista que perpetraron al Regimiento de La Tablada, tampoco lo hicieron por
sus familiares; y mucho menos en otros tiempos, por el Coronel P.M. Argentino
del Valle Larrabure o el Coronel P.M. Jorge Ibarzabal o el Mayor PM Humberto
Viola y su hijita María Cristina, o por el Vicealmirante P.M. Hermes Quijada o
el Juez Jorge Quiroga o por Paula Lambruschini, o peor aún, por los cientos de
conscriptos, agentes de policía y civiles muertos víctimas del terrorismo. Si, “los otros muertos” muchos pero muchos de ellos,
víctimas de sus balas terroristas y asesinas.
Bs. As., Enero 17 de 2015.
Gentileza para
el InformadorPublico.com
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