¿Cuál es el límite que debería tener la libertad de expresión?
Francia y el
mundo entero se conmovió por el terrible atentado que sufrió en Paris el 7 de
Enero pasado el semanario satírico “Charlie Hebdo”, que había atraído la atención
por sus “representaciones regulares” del profeta islámico Mahoma. El ataque
terrorista causo la muerte de doce personas incluyendo su editor, ocho
empleados y dos agentes de la Policía Nacional, mientras que otras once
resultaron heridas. Quienes defendemos las libertades y los derechos humanos de
todos, repudiamos profundamente la barbarie que cometió el grupo terrorista; es
en este contexto tan sensible, que quiero referirme con el mayor de los
respetos a la libertad de expresión y libertad de prensa, e intentar realizar también
un parámetro con lo sucedido en nuestro País tiempo atrás con la “Revista
Barcelona”, y con ello, un breve ejercicio de memoria y valores, con la misma línea
de pensamiento que expresara en esa ocasión en el Informador Publico.com del 18
de Octubre de 2014.
La libertad de expresión tiene un valor
intrínseco para quien la ejerce, pudiendo sus ideas y opiniones compartirlas
con sus semejantes; la diversidad de opinión y el debate siempre benefician
directamente a quienes participan y enriquecen a toda una sociedad, a los individuos
que la integramos.
Es un derecho
fundamental contemplado en todas las Constituciones de los sistemas
Democráticos del mundo; pero el ejercicio de la libertad de expresión tiene una
contraparte, que requiere de un ejercicio responsable de este derecho, y una
preocupación por la verdad. Ya que la libertad de expresión es un concepto que se aplica a individuos, es el
derecho de expresar verbalmente o por escrito, cualquier pensamiento u opinión,
positivo o negativo sobre algo o alguien; permitiendo con la más absoluta
libertad criticar y decir, bienvenido que así sea, bienvenida la libertad a la
libertad.
Je Suis Charlie en Francia, la Revista Barcelona en
Argentina y la libertad de Prensa.
Reflexionaba
mientras sucedían los trágicos hechos en Francia y recordaba que tiempo atrás la “Revista Barcelona” editada en la República
Argentina, publico una tapa donde se lo veía al Papa Francisco pintado de mujer con el copete de
"Putazo" y otros conceptos que no voy a reproducir, en clara relación
sobre el debate que abrió entonces la Iglesia Católica sobre la
homosexualidad, fue allí que la
Directora de “Barcelona” Ingrid Beck con argumentos banales intento en
distintos reportajes, justificar y defender la forma en que la noticia fue
abordada, “el absurdo y el humor ácido”, fueron mencionados según su relato
como una característica y un estilo editorial.
En esa ocasión, muchos nos sentimos agraviados ante lo
que consideramos una falta de respeto, pienso que nada justifica tamaño agravio
y que solo cabía un expreso pedido de disculpas por parte de los responsables
de “Barcelona”, aspecto que nunca ocurrió. Lamentaba entonces no poder entender
“ese humor ácido”, o tal vez carecer de sentido del humor para ciertas cosas,
claro son los privilegios que también me otorga la libertad. Considero que no es cuestión de tener o no
sensibilidad religiosa, tampoco es cuestión si nos sentimos con vergüenza ajena
por lo sucedido en este caso Argentino con el Santo Padre, antes lo había sido
en esa Revista con quienes profesan otras religiones como el Judaísmo, el Islam
o ninguna; y concluía que ningún derecho
es absoluto, ningún derecho o libertad tiene un carácter absoluto en cuanto
a su ejercicio para ser más específico. En el mundo del Derecho se conoce esa
máxima de que el hecho de gozar de ese derecho o libertad no me legitima para
hacer lo que me plazca frente a los demás, en este caso ningún rédito comercial
de producto alguno como la “Revista Barcelona” justificaba sus métodos. En
Argentina a diferencia de lo sucedido en Francia, afortunadamente nuestra reacción
fue en Paz y salvo alguna aislada respuesta verbal del periodismo televisivo como
el Dr. Eduardo Feinmann en C5N y alguna nota del gráfico de quien suscribe repudiándola,
no tuvo mayor repercusión, tampoco el gobierno argentino se pronunció al
respecto, solo siguieron con la rutina de utilizar la imagen de Francisco. En
Francia la intolerancia extrema de unos pocos provocaron una reacción terriblemente
violenta, con el resultado de asesinatos, rehenes y heridos, y lo que es peor
lastimo a una población donde la libertad, igualdad y fraternidad fueron
inspiradoras para el resto del planeta. Casi al mismo instante, el 11 de Enero Alemania
también sufrió lo suyo, el “Hamburger Morgenpost” uno de los diarios que
publicaron por solidaridad dibujos de “Charlie Hebdo”, fue escenario de
reacciones violentas aunque afortunadamente más leves, fue atacado con un
artefacto incendiario casero y piedras, pero no se registraron víctimas.
Ahora bien, libertad de prensa no es lo mismo que
la libertad de expresión, la libertad de prensa es una cosa muy distinta porque
se aplica a medios de comunicación y no a individuos como me refería al
comienzo de la nota. Existe una coexistencia de derechos y obligaciones de
conciencia y responsabilidades para él o quienes la ejercen; en Argentina si
bien la reforma de la Constitución Nacional del año 1994 por disposición del
articulo 75 inc. 22 incorporo una serie de tratados internacionales que
adquirieron jerarquía constitucional conformando un bloque de
constitucionalidad, que han permitido formalmente, el reconocimiento del
derecho a la libertad de expresión en un sentido más extensivo, comparado al de
la Constitución Nacional de 1853. La comunidad
internacional ha reconocido a la libertad de expresión y la libertad de
información como algunos de los más importantes derechos humanos, sosteniendo
con contundencia que la libertad de expresión debe ser la regla; y como en toda
regla hay excepción, y son las
limitaciones solamente permitidas para proteger: los derechos o reputaciones de
los demás, la seguridad nacional, el orden público, la salud pública y la moral;
estos límites a la libertad de expresión, se aplican cuando entra en conflicto
con otros valores o derechos, como interpreto podría ser motivo de debate.
Conclusión
El repudio a los asesinatos cometidos por el grupo
terrorista en Francia fue mundial, la comunidad internacional dijo presente y
me sumo al rechazo con contundencia y profundo dolor, solidarizándome con las víctimas
y sus familiares, el daño ya está hecho es irreparable, y seguramente nada va a
cambiar.
Nadie es perfecto, es la condición humana de quienes
componemos la sociedad de cualquier Nación del mundo, por lo tanto, tampoco lo
son en consecuencia los medios de comunicación social como “Barcelona” y “Charlie
Hebdo”, que con visión degradante y violenta suelen atentar. Estoy seguro que
aunando voluntades, haciendo de la tolerancia un ejercicio cotidiano, donde la
libertad de expresión, el estado de derecho sean un real grito en favor de la
libertad, rechazando con energía públicamente hechos como este y similares,
podremos tal vez lograr sin ninguna hipocresía que todos hagan más bien, y
cuando digo todos me refiero a todos, unos y otros, y con ello mucho menos mal
de lo que ahora algunas minorías ejecutan.
Bs. As., Enero 13 de 2015.
Gentileza para el InformadorPublico.com
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