martes, 13 de enero de 2015

Ningún derecho o libertad tiene carácter absoluto en cuanto a su ejercicio


¿Cuál es el límite que debería tener la libertad de expresión?

Francia y el mundo entero se conmovió por el terrible atentado que sufrió en Paris el 7 de Enero pasado el semanario satírico “Charlie Hebdo”, que había atraído la atención por sus “representaciones regulares” del profeta islámico Mahoma. El ataque terrorista causo la muerte de doce personas incluyendo su editor, ocho empleados y dos agentes de la Policía Nacional, mientras que otras once resultaron heridas. Quienes defendemos las libertades y los derechos humanos de todos, repudiamos profundamente la barbarie que cometió el grupo terrorista; es en este contexto tan sensible, que quiero referirme con el mayor de los respetos a la libertad de expresión y libertad de prensa, e intentar realizar también un parámetro con lo sucedido en nuestro País tiempo atrás con la “Revista Barcelona”, y con ello, un breve ejercicio de memoria y valores, con la misma línea de pensamiento que expresara en esa ocasión en el Informador Publico.com   del 18 de Octubre de 2014.

La libertad de expresión tiene un valor intrínseco para quien la ejerce, pudiendo sus ideas y opiniones compartirlas con sus semejantes; la diversidad de opinión y el debate siempre benefician directamente a quienes participan y enriquecen a toda una sociedad, a los individuos que la integramos.

Es un derecho fundamental contemplado en todas las Constituciones de los sistemas Democráticos del mundo; pero el ejercicio de la libertad de expresión tiene una contraparte, que requiere de un ejercicio responsable de este derecho, y una preocupación por la verdad. Ya que la libertad de expresión es un concepto que se aplica a individuos, es el derecho de expresar verbalmente o por escrito, cualquier pensamiento u opinión, positivo o negativo sobre algo o alguien; permitiendo con la más absoluta libertad criticar y decir, bienvenido que así sea, bienvenida la libertad a la libertad.


Je Suis Charlie en Francia, la Revista Barcelona en Argentina y la libertad de Prensa.

Reflexionaba mientras sucedían los trágicos hechos en Francia y recordaba que tiempo atrás la “Revista Barcelona” editada en la República Argentina, publico una tapa donde se lo veía al Papa Francisco pintado de mujer con el copete de "Putazo" y otros conceptos que no voy a reproducir, en clara relación sobre el debate que abrió entonces la Iglesia Católica sobre la homosexualidad, fue allí que la Directora de “Barcelona” Ingrid Beck con argumentos banales intento en distintos reportajes, justificar y defender la forma en que la noticia fue abordada, “el absurdo y el humor ácido”, fueron mencionados según su relato como una característica y un estilo editorial.

En esa ocasión, muchos nos sentimos agraviados ante lo que consideramos una falta de respeto, pienso que nada justifica tamaño agravio y que solo cabía un expreso pedido de disculpas por parte de los responsables de “Barcelona”, aspecto que nunca ocurrió. Lamentaba entonces no poder entender “ese humor ácido”, o tal vez carecer de sentido del humor para ciertas cosas, claro son los privilegios que también me otorga la libertad. Considero que no es cuestión de tener o no sensibilidad religiosa, tampoco es cuestión si nos sentimos con vergüenza ajena por lo sucedido en este caso Argentino con el Santo Padre, antes lo había sido en esa Revista con quienes profesan otras religiones como el Judaísmo, el Islam o ninguna; y concluía que ningún derecho es absoluto, ningún derecho o libertad tiene un carácter absoluto en cuanto a su ejercicio para ser más específico. En el mundo del Derecho se conoce esa máxima de que el hecho de gozar de ese derecho o libertad no me legitima para hacer lo que me plazca frente a los demás, en este caso ningún rédito comercial de producto alguno como la “Revista Barcelona” justificaba sus métodos. En Argentina a diferencia de lo sucedido en Francia, afortunadamente nuestra reacción fue en Paz y salvo alguna aislada respuesta verbal del periodismo televisivo como el Dr. Eduardo Feinmann en C5N y alguna nota del gráfico de quien suscribe repudiándola, no tuvo mayor repercusión, tampoco el gobierno argentino se pronunció al respecto, solo siguieron con la rutina de utilizar la imagen de Francisco. En Francia la intolerancia extrema de unos pocos provocaron una reacción terriblemente violenta, con el resultado de asesinatos, rehenes y heridos, y lo que es peor lastimo a una población donde la libertad, igualdad y fraternidad fueron inspiradoras para el resto del planeta. Casi al mismo instante, el 11 de Enero Alemania también sufrió lo suyo, el “Hamburger Morgenpost” uno de los diarios que publicaron por solidaridad dibujos de “Charlie Hebdo”, fue escenario de reacciones violentas aunque afortunadamente más leves, fue atacado con un artefacto incendiario casero y piedras, pero no se registraron víctimas.

Ahora bien, libertad de prensa no es lo mismo que la libertad de expresión, la libertad de prensa es una cosa muy distinta porque se aplica a medios de comunicación y no a individuos como me refería al comienzo de la nota. Existe una coexistencia de derechos y obligaciones de conciencia y responsabilidades para él o quienes la ejercen; en Argentina si bien la reforma de la Constitución Nacional del año 1994 por disposición del articulo 75 inc. 22 incorporo una serie de tratados internacionales que adquirieron jerarquía constitucional conformando un bloque de constitucionalidad, que han permitido formalmente, el reconocimiento del derecho a la libertad de expresión en un sentido más extensivo, comparado al de la Constitución Nacional de 1853. La comunidad internacional ha reconocido a la libertad de expresión y la libertad de información como algunos de los más importantes derechos humanos, sosteniendo con contundencia que la libertad de expresión debe ser la regla; y como en toda regla hay excepción, y son las limitaciones solamente permitidas para proteger: los derechos o reputaciones de los demás, la seguridad nacional, el orden público, la salud pública y la moral; estos límites a la libertad de expresión, se aplican cuando entra en conflicto con otros valores o derechos, como interpreto podría ser motivo de debate.

Conclusión
El repudio a los asesinatos cometidos por el grupo terrorista en Francia fue mundial, la comunidad internacional dijo presente y me sumo al rechazo con contundencia y profundo dolor, solidarizándome con las víctimas y sus familiares, el daño ya está hecho es irreparable, y seguramente nada va a cambiar.
Nadie es perfecto, es la condición humana de quienes componemos la sociedad de cualquier Nación del mundo, por lo tanto, tampoco lo son en consecuencia los medios de comunicación social como “Barcelona” y “Charlie Hebdo”, que con visión degradante y violenta suelen atentar. Estoy seguro que aunando voluntades, haciendo de la tolerancia un ejercicio cotidiano, donde la libertad de expresión, el estado de derecho sean un real grito en favor de la libertad, rechazando con energía públicamente hechos como este y similares, podremos tal vez lograr sin ninguna hipocresía que todos hagan más bien, y cuando digo todos me refiero a todos, unos y otros, y con ello mucho menos mal de lo que ahora algunas minorías ejecutan.
Bs. As., Enero 13 de 2015.
Gentileza para el InformadorPublico.com

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