domingo, 4 de septiembre de 2016

FRANCISCO PROCLAMÓ SANTA A LA MADRE TERESA


SANTA MADRE TERESA  Hoy el Papa Francisco ante más de 100.000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro y millones de fieles alrededor del mundo, proclamó Santa a la Madre Teresa de Calcuta, benefactora a lo largo de su vida de miles y miles de olvidados, marginados, enfermos, los más indefensos, nutriéndolos de amor, paz y esperanza.
Por Oscar Dufour |                                              twitter DufourOscar
En tiempos de tanto personalismo y egoísmo, de Gobiernos que solo tienen como norte la ecuación matemática entre el debe y el haber, donde allí las personas pasan a ser meras estadísticas dejando de lado la dignidad humana, el factor de inclusión, aporreando diría sin piedad a familias enteras para imponer sin importarles el costo de sus salvajes medidas económicas; emerge hoy como contracara la Madre Teresa de Calcuta (1910-1997), no solo como un símbolo de Santidad, sino también como un elevado ejemplo de quien a lo largo de su vida, fue la benefactora de los marginados, los enfermos, los más indefensos, sin otro interés que nutrirlos de amor, paz y esperanza.
En esencia, la Madre Teresa no fue otra cosa que el amor hecho persona, hoy el Papa Francisco en la culminación del protocolo eclesiástico que comenzó con sus “milagros”, siguió con la beatificación, la santificó con todo el trascendente significado para la Iglesia católica y sus millones de adeptos. Madre Teresa nunca se hubiera imaginado que sería Santa, en su estructura mental, solo estaba el servir al prójimo, sus dos mudas de Sari blanco, sus sandalias, su catre, su Biblia, fueron una muestra acabada que realmente era así.
Madre Teresa de Calcuta fue la fundadora de la Congregación de las Misioneras de la Caridad, en 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz, la misma que alguna vez ante la escases de recursos para sus misiones, le pidió al Papa Juan Pablo II que vendiera el auto vaticano para donárselo a los pobres, este domingo en una misa solemne encabezada por Francisco uno de sus más fieles devotos y concelebrada por 2000 Sacerdotes, 70 Cardenales y 400 Obispos y Arzobispos de todo el mundo, emprendió el interminable viaje de la santidad, que la coloca en uno de los pedestales más elevados de la cristiandad.
En Argentina Madre Teresa, la que amaba hasta que dolía, estuvo en dos oportunidades, y ambas tuve el privilegio de estar con ella; la primera fue en 1979 poco antes de recibir el Nobel de la Paz, donde visitó a las Misioneras de la Caridad que un año antes habían fundado la Congregación en nuestro País, situada en la costanera sur de Zárate en la Provincia de Buenos Aires. La segunda visita la realizó en 1982, y si bien recorrió diversos barrios precarios, su actividad la realizó en territorio bonaerense centrándola nuevamente en la localidad de Zárate, más precisamente en la sede de “Cereliza”.
En conclusión: Cuando a los 87 años Agnes Gonxha Bojaxhiu -ese era su nombre secular- partió a la Casa del Señor, los más pobres de los pobres, los marginados de la sociedad, primordialmente los enfermos, y personas que no tenían hogar del planeta entero, quedaron huérfanos de caridad.
Hoy, la verdadera fiesta estuvo en los cielos, Roma fue solo el marco de la celebración, donde la síntesis del Papa Francisco cuando expresó “La misericordia ha sido para ella la sal que daba sabor a cada obra suya, y la luz que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”reafirmó lo que tantas veces cuando Madre Teresa decía a cada paso de su incansable labor “abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura”; algo que muchos Gobernantes del mundo entero en tiempos de tanta injusticia e inequidad, deberían tener en cuenta.
Los que quieran oír… que oigan

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