viernes, 23 de enero de 2015

“La conciencia es el mejor Juez que tiene un hombre de bien”

El General San Martin en el recuerdo y nuestra actualidad nacional.

En estos momentos tan turbulentos por los que atravesamos en nuestra querida Argentina, que el ejemplo de hace dos centurias del Padre de la Patria General D José de San Martin, nos recuerde con sus acciones y silencios los elevados valores de quien es permanente guía para la defensa de nuestros Intereses Nacionales, y sirva de este modo, como fuente de inspiración ante el bárbaro crimen de la República que conmociona a  Argentina y al Mundo, con motivo del asesinato del Fiscal Federal Alberto Nisman. El espíritu Sanmartiniano debe convertirnos a todos y cada uno de nosotros, en “Fiscales ad-hoc” para que el Estado de Derecho y la Justicia prevalezcan sobre cualquier intento de “traición a la Patria”, pudiendo  ser fieles custodios de nuestro emblema nacional como verdadero y único símbolo de identidad. Comprometernos a estar a la altura de las circunstancias y no permitir, encuadrados en nuestra Constitución Nacional, que un puñado de irresponsables y atorrantes foráneos y vernáculos nos tomen por idiotas, pero por sobre todo, no podemos y no debemos permitir la indefensión de la República Argentina ante quienes atenten contra ella. El asesinato de Nisman, es un asesinato político, es una deslealtad y un atropello a la Nación y debemos con firmeza exigir la verdad. Decía el General San Martin “la conciencia es el mejor Juez que tiene un hombre de bien” y junto con su pensamiento, que hoy tiene más vigencia que nunca, comparto con nuestros lectores un extracto de lo ocurrido hace 202 años, en la convicción que recordar estos valores tal vez nos ayuden a estar con la firmeza que exigen las circunstancias, al ciudadano de a pie y a quienes integran los tres Poderes de la Nación con los deberes establecidos en nuestra Carta Magna y leyes complementarias.  

El 28 de enero de 1813 comienza la epopeya del Regimiento de Granaderos.

A comienzos del año 1813 las Provincias Unidas del Rio de la Plata se encontraban jaqueadas por el Ejército realista, las fuerzas españolas desde Montevideo y desde la Isla Martin García, con una férrea resistencia contra el Gobierno de Buenos Aires constituían un verdadero peligro para la naciente Revolución Patriótica Independentista.
Los Godos bombardeaban sorpresivamente en la noche con sus granadas, causando pánico en las tranquilas tertulias porteñas, pero su objetivo era más ambicioso que sembrar el terror en las noches, Juan José Paso -miembro del Triunvirato Gobernante- entonces informaba así de un plan del enemigo invasor que se pondría en ejecución de un momento a otro y que consistiría en: “un desembarco en esta (Buenos Aires) o en alguno de los puntos inmediatos por una combinación de los españoles europeos, una salida general contra el ejercito sitiador, una expedición sobre baterías de Punta Gorda, Santa Fe o Bajada, otra igual sobre el Uruguay y contra el Cuartel General en otro punto que nos corte el pasaje libre de nuestras correspondencias y pertrechos.” Es que era de vital importancia estratégica para la corona española poder tener el control del Rio Paraná y poder remontar libremente sus aguas que los comunicaba con Asunción del Paraguay y el Alto Perú.
Ya contando con información fehaciente de las intenciones de los Godos, el Gobierno de Buenos Aires, le encomienda al recientemente ascendido (7 de diciembre de 1812) Coronel D José de San Martin y su Regimiento de Granaderos, la misión de frenar las acciones y amenazas de los españoles; debía “defender las costas del Paraná” insistentemente atacadas. El decreto mencionado expresa en su parte resolutiva  “Atendiendo a los méritos del Comandante don José de San Martin ha venido a conferirle el empleo de Coronel del Regimiento de Granaderos a Caballo, concediéndole las gracias, exenciones y prerrogativas que por este título le corresponden.”

Llegó la hora de poner a prueba luego de más de un año de intenso entrenamiento, al primer Ejército regular patrio, era la primera vez  que el gobierno revolucionario luchaba con un ejército profesional instruido de forma regular, y esta profesionalización del Ejercito la hace San Martin; la formación del Escuadrón de Granaderos puso en evidencia las dotes de organizador del Gran Capitán. Fue sereno e implacable como constructor de ejércitos, estando en todos sus detalles. Fue también el vivo ejemplo que sus soldados debían imitar. Redactó un código de honor para los oficiales, que fue una prueba para templar la moral, el espíritu y la fortaleza física de sus integrantes. En los “Cuarteles de Retiro”, esta zona era conocida así desde la época de las invasiones inglesas (1806-1807) siendo su ubicación aproximada la zona que bordea la actual plaza San Martin (Arenales y Maipú) , comenzó la selección e instrucción del personal que a su pedido al Gobierno Central provenía de distintos puntos; San Martin solicitó -textual- el “envió de 300 connaturales míos de elevado porte y fuerte contextura física” estos hombres viajaron cientos de kilómetros por difíciles caminos. Frente al mismo Regimiento, ante la curiosa mirada de los habitantes de la zona de Retiro, se realizaban diariamente las prácticas en el llamado “Campo de la Gloria”. El periodo de formación del Regimiento y su instrucción se cerró casi un año y medio después de su creación con la colaboración de Carlos de Alvear y  Matías Zapiola, previo al Combate de San Lorenzo.

El 28 de Enero de 1813 comienza la epopeya del Regimiento de Granaderos, parte de los Cuarteles del Retiro rumbo a San Lorenzo.
El Coronel San Martin al mando de 120 Granaderos escogidos de los Escuadrones 1 y 2 que eran los más instruidos, marchó por el derrotero de postas que existían camino de Santa Fe; Santos Lugares, Conchas, Arroyo Pinazo, Pilar, Cañada de la Cruz, Areco, Cañada Honda Arrecifes, San Pedro, San Nicolás, Arroyo Seco, Arroyo del Medio, Rosario, Espinillo y finalmente San Lorenzo, ubicado a una legua del convento de San Carlos y a la que llegaron el 2 de Febrero por la noche.
El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de Febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo en la localidad de San Lorenzo de la Provincia de Santa Fe, entre las fuerzas independentistas patrias y las colonialistas españolas. Fue el único hecho y acción directa militar que comandó San Martin en el suelo patrio y que marcó para siempre nuestra historia y nuestro destino como Nación, así con esta contundente victoria, iniciaban aquellos “Centauros” su gloriosa gesta de Libertad e Independencia. Ante las críticas de algunos revisionistas, tratando de minimizar el hecho; quiero destacar que observando en retrospectiva, su escasa duración de quince minutos, con un pequeño número de participantes y armamentos, hoy tal vez no nos llamaría la atención, pero todo ello debe ser analizado en el tiempo y en el contexto político-estratégico en que el triunfo se dio. Ya que no solo fue muy importante para la época, sino que los españoles jamás pudieron volver a remontar el Rio Paraná que los comunicaba con Asunción del Paraguay y el Alto Perú; destaco que años después otros países colonizadores se atrevieron a surcar sus aguas, pero tanto en la “Vuelta de Obligado”, como en “San Lorenzo” nuevamente y en “Punta Quebracho”, donde la “flota de la alianza Anglo-francesa”, muy superior en armas a las nuestras, que pretendió condicionar desde un comienzo nuestra Independencia, sufrió la misma suerte, la misma derrota.

En el Combate de San Lorenzo, la gloria es inmensa entre los que participaron de esa batalla, por más que haya durado apenas unos minutos, fue un combate fulminante. Con 125 Granaderos se atacó por sorpresa luego de una minuciosa planificación y se doblegó a una fuerza notoriamente superior, fue un ataque de “pinzas”; el choque fue tremendo, y pese a que los godos alcanzaron a formar un martillo para contener la embestida, los sables y las lanzas de los Granaderos pronto los sumieron en el desastre, estuvieron secundados por unos 60 milicianos de Infantería que permanecieron en la retaguardia y que no hay testimonios fehacientes de su participación en la batalla, (las mismas milicias rosarinas que el General Manuel Belgrano le encargara formar a Celedonio Escalada en 1812). Los realistas tuvieron 40 bajas y decenas de detenidos, mientras que nuestros Granaderos sufrieron 14 muertes y 26 heridos. En su nómina vamos a observar, lo que les mencionara y resaltara a los lectores más arriba, me refiero a sus orígenes; los muertos en combate fueron los puntanos Juanario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos;  los correntinos Juan Bautista Cabral y Feliciano Silva; los santiagueños Ramón Saavedra y Blas Vargas; los Riojanos Ramón Amador y Domingo Soriano; los cordobeses José Márquez y José Manuel Díaz; el bonaerense Juan Mateo Gelvez; Domingo Porteau nacido en España en los Pirineos, el chileno Julián Alzogaray; falleciendo 14 días después de la batalla el Capitán Bermúdez.

Se disuelve en 1826 el Regimiento de Granaderos y se recrea en 1903.
El Regimiento de Granaderos fue disuelto en 1826, justamente al terminar la Guerra de la Emancipación, no participaría por dicha circunstancia, en las guerras internacionales ni en las contiendas que asolaron al País. El espíritu que animó al General San Martin en toda su vida, de no mezclarse jamás en las luchas civiles ni en participar en otra guerra que no fuese destinada a lograr la libertad de la propia Patria y de otras Naciones del Continente, por esos avatares del destino, se había transmitido incólume al Regimiento de Granaderos, que podía ostentar con legítimo orgullo tan preciado antecedente, no dado a ninguna otra unidad militar.

El General Ricchieri escribió el borrador del Decreto de Recreación, (un documento que se atesora en la Sala Histórica del Regimiento) y se promulgó con fecha 23 de Mayo de 1903 por el Presidente Julio A. Roca; entre sus funciones, aquel Regimiento que tuvo su bautismo de fuego en “San Lorenzo’ y que luego se convirtiera en el corazón del Ejercito Libertador que cruzó los Andes en 1817, tiene el privilegio de ser la Guardia Presidencial.  En el año 1918 el Presidente Hipólito Yrigoyen, considerando que era un acto de justicia expresar el nombre del Gran Capitán y fundador del Regimiento que tantas glorias conquistara, decreta que a partir de Marzo de ese año el Regimiento de Granaderos a Caballo se denominara además “General San Martin”, nombre que actualmente ostenta.



Conclusiones
Otrora, el “Combate de San Lorenzo” es un hito importante de la historia Argentina, porque se ganó una batalla que no solo complicó el abastecimiento de los realistas, sino que permitió establecer los límites definitivos de nuestra Nación en su aspecto fluvial, levantando la moral del Cuerpo de Granaderos y de las fuerzas Patrióticas. No hay que olvidar que el 20 de Febrero se lograba otro gran triunfo en la “Batalla de Salta” con el Ejercito del Norte al mando del General Manuel Belgrano.
El entonces Coronel D José de San Martin, contaba con 35 años y comenzaba a volcar en el continente americano toda la pasión por una causa que lo inmortalizó en el corazón de los argentinos, es el Padre de la Patria y el Padre de una gran porción de América. Fue el comienzo de una carrera triunfal donde vive y vivirá con él, el espíritu Sanmartiniano.
La importancia estratégica de esta Batalla, nos hace recordar con verdadero orgullo a quienes entregaron sus vidas en el legendario “Combate de San Lorenzo”, y nos invita con su espíritu a renovar, a plantearnos una vez más los mismos objetivos de grandeza y libertad que se propusieron aquellos valientes Granaderos, aquellos compatriotas; que iniciaron el camino hace ya doscientos dos años para ya nunca más ser un pueblo sometido.

Hoy, que el ejemplo, los valores manifiestos de antaño, que el espíritu Sanmartiniano nos guie, y encause a quienes tienen la responsabilidad de resolver el asesinato del Fiscal Federal Alberto Nisman, ya que no debe existir ninguna razón o cuestión de Estado, que pueda justificar retrasos y encubrimientos en la búsqueda de la verdad de este asesinato político. La “mafia” te mata si haces una guerra por tu cuenta, pero si te organizas puede llegar a respetarte. Alberto Nisman como otros valientes contemporáneos, imbuidos en los colores celeste y blanco, estuvieron y están por la legalidad contra la “mafia” y contra políticos corruptos, se llamen como se llamen.
Bs. As., Enero 23 de 2015.

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