Paren la guerra
¿La verdadera causa del conflicto es el Gas?
En las casi cuatro semanas de Guerra en Gaza han muerto más de 1.600 personas y más de 8.000 resultaron heridas, una cifra superior al 70% indica que las víctimas son civiles. La alta comisionada para los derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, advirtió días pasados que los acontecimientos en la Franja de Gaza podrían constituir crímenes de guerra, apuntando a la muerte de niños, propicia una investigación independiente de los mismos, al tiempo que llamó a todas las partes intervinientes en el conflicto, a ajustarse al derecho internacional, afirmando que ninguna legislación internacional es negociable y que ningún Estado esta exento de sanciones si viola la Ley.
En sintonía con estas declaraciones, el Papa Francisco, visiblemente conmovido, clamo el domingo pasado por la Paz, durante la Oración del Ángelus ante una multitud reunida en la Plaza de San Pedro del Vaticano, en un intento por evitar que continúen los crecientes conflictos bélicos en diferentes regiones del mundo; dijo que sus pensamientos estaban en Oriente Medio, Irak y Ucrania; haciendo un llamamiento directo para pedir el fin de los combates “¡Por favor, paren! Se lo pido con todo mi corazón, es momento de parar. ¡Paren, por favor!” Aunque el Santo Padre no hizo referencia directa a la situación de laFranja de Gaza, sus comentarios a la opinión pública, llegaron después de la ruptura del domingo de la tregua humanitaria, que habían provocado la muerte de más de 1.000 palestinos, la mayoría civiles, entre los que hay docenas de niños.”¡Hermanos y hermanas, nunca la guerra, nunca la guerra! Estoy pensando en todos los niños, a los que se les ha privado de la esperanza de una vida que merezca la pena, de un futuro”, dijo el Papa Francisco. “Niños muertos, niños heridos, niños mutilados, niños huérfanos, niños cuyos juguetes son las cosas dejadas por la guerra, niños que ya no pueden sonreír”.
El 27 de marzo ppdo., el Papa Francisco, entonces bien informado de los posibles escenarios bélicos en Medio Oriente, después de la reunión Privada en el Vaticano con el Presidente de EEUU Barack Obama -recordemos también que Obama se reunió en esa ocasión con el Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, acompañado por John Kerry, su par estadounidense- invito al Presidente Palestino Abbas y al saliente Presidente Israelí Shimon Peres, a una cumbre en San Pedro para “orar por la Paz”. Fue un gesto más que simbólico el del Papa Francisco, porque prestigio con ello la demanda Palestina por su Estado, y fundamentalmente, intentaba generar un freno moral a la ocupación ilegal de los territorios de ese pueblo por parte de Israel. El Santo Padre, llamo recientemente en pleno conflicto bélico, a los Presidentes de Israel y Palestina e hizo un fuerte llamado por la Paz. El Papa Francisco reclamo a todos los responsables, que hagan “cesar toda hostilidad, trabajando a favor de una tregua”. A la luz de los hechos, es evidente que nadie quiere parar; voceros de Israel y Hamas, dijeron estar determinados a seguir con los combates en la Franja de Gaza, disminuyendo las posibilidades de un cese de las hostilidades que cada día suman decenas de muertos; el Primer Ministro Israelí Benjamín Netanyahu declaro que el ejercito continuara sus operaciones en Gaza “el tiempo que sea necesario”; en tanto la organización Islamita Hamas respondió, “seguiremos nuestra resistencia hasta que hayamos cumplido nuestros objetivos”.
El Santo Padre había sido también informado sobre la situación angustiosa que viven los alrededor de 200 católicos en Gaza, que comparten con todos los habitantes de la zona, por el Padre Jorge Hernández, único párroco católico de la Franja -escenario de los combates-, que es argentino. Desde que comenzaron las operaciones militares se refugiaron en el ‘’Templo de la Sagrada Familia, Congregación de Madre Teresa” que tienen a su cargo a 28 chicos discapacitados y nueve ancianos. Dijo el Padre Hernández “la falta de agua potable es desesperante, es mi mayor preocupación. La gente está bebiendo agua servida, contaminada de basura y sangre”. Sin palabras.
Causas del Conflicto
Resulta difícil comprender las causas del conflicto bélico, si no consideramos que Palestina representa un territorio cuya descolonización aún está pendiente. Es el único caso del sistema internacional que se ha mantenido en esa condición, ya que el proceso de descolonización de países africanos y asiáticos vino a concluir en la década de los setenta del siglo veinte.
¿Por qué Palestina ha sido marginada del derecho consagrado de autodeterminación de los pueblos respecto de las potencias colonizadoras? La respuesta, en términos generales, tiene que ver con la decisión del Reino Unido, encargado de su administración después de la I Guerra Mundial, de modificar el “statu quo” de la población nativa u originaria, es decir los palestinos.
Esta es la base central para comprender los 60 años de conflicto, es decir desde la creación oficial del Estado de Israel (15 de mayo de 1948). Desde entonces se ha dado curso a la limpieza étnica de los territorios palestinos, ya que el legitimo objetivo político de Israel es tener un Estado judío, por tanto era absolutamente necesario erradicar a la población árabe nativa.
¿Cómo empezó todo? preguntan algunos estos días. Lo que está ocurriendo en Gaza, se inició hace mucho tiempo. Comenzó con el antisemitismo europeo, que promovió la emigración de los judíos a Palestina. Comenzó con el nazismo, el genocidio contra los judíos y la posterior decisión de Europa, con Reino Unido a la cabeza, de apoyar y fomentar el éxodo judío a Palestina.
Comenzó cuando el protectorado británico de Palestina, miraba hacia otro lado mientras se organizaban en ese territorio, bandas armadas que cometieron atentados terroristas, matando gente contra objetivos británicos y árabes.
En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y culpa europea del horror contra los judíos, aprobó un plan de partición que asignó el 54 por ciento de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía (llegada la mayoría tras el Holocausto) y el resto, a los Palestinos. Jerusalén quedaba a partir de entonces como enclave internacional.
Después, cuando los países árabes vecinos declararon la guerra a Israel tras su nacimiento en Mayo de 1948, las fuerzas armadas israelíes aprovecharon para ocupar más tierras y expulsar a cientos de miles de palestinos. De ese modo Israel pasó a tener un 78 por ciento del territorio (posteriormente, en 1967 Israel ocuparía el 22 por ciento restante: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este).
Tras la guerra del ‘48, muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron, a pesar de que en Diciembre de 1948 Naciones Unidas aprobó la resolución 194, incumplida hasta hoy, confirmada en repetidas ocasiones y ratificada en la resolución 3236 de 1974, que establecía el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares o a recibir indemnizaciones.
Solo pudieron permanecer dentro de Israel, en muchos casos como desplazados, unos 150.000 palestinos, el 15% de la población, que en 1952 accedieron a la ciudadanía. Son los llamados árabes israelíes.
Gran parte de los palestinos de Gaza son refugiados, expulsados o descendientes de los expulsados en 1948 a través de lo que constituyó, según historiadores israelíes como Ilan Pappé, una limpieza étnica. Lo que está pasando en Gaza, se inició hace 66 años, cuando se optó por una concepción de Israel como un Estado judío con mayoría judía, para mantener esa mayoría Israel practica la ocupación.
Este año Hamás y Al Fatah, anunciaron su reconciliación y un acuerdo incipiente para un Gobierno de unidad nacional. Las autoridades palestinas han hablado incluso de estar dispuestas a recurrir a la vía judicial para denunciar a Israel en Tribunales Internacionales. Ante ello, la respuesta de Tel Aviv ha sido más mano dura. No quiere al pueblo palestino unido, porque eso también amenaza el carácter judío de su Estado.
La radicalización está llegando a tal punto que han brotado nuevos grupos extremistas israelíes que atacan a los manifestantes israelíes que salen a la calle para pedir Paz y libertad para Palestina.
En su ansia por querer más, – inexplicable para quien esto escribe- Israel sigue renunciando a un acuerdo más que beneficioso para él, por el cual los palestinos tendrían un Estado con tan solo el 22% de la Palestina inicial, lo que supondría ordenar la salida de Cisjordania de los 450.000 colonos judíos, algo a lo que Tel Aviv no está dispuesto, al menos hasta ahora. La apretada síntesis precedentemente expuesta, es lo que ocurre por estos días en Palestina, Gaza y Cisjordania.
¿La causa de la guerra es el gas?
Los efectos se amplían ahora que se ha dado a conocer el descubrimiento de nuevos yacimientos de gas en Gaza cuya importancia y ubicación fue mantenida secreta igual que los de Siria.
En Gaza, Israel pretendería quedarse con el gas palestino expulsando a la población según un antiguo plan bien establecido utilizando la excusa de los 3 israelíes muertos (…) Los acuerdos internacionales establecidos para los yacimientos Marine-1 y Marine-2, desde 1999 en las aguas territoriales de Gaza han sido boicoteados reiteradamente por Israel.
A estos yacimientos en el mar, hay que añadir según la agencia gubernamental estadounidense de estudios geológicos, otros yacimientos de gas y de petróleo en los territorios palestinos de Gaza y de Cisjordania.
Estos yacimientos de gas codiciados en el Mediterráneo incluyen también los de la costa del Líbano descubiertos en 2010, el Leviathan (que comparten Israel y Líbano) lo que explica el interés de extender la “desestabilización” también a este país.
Además del interés de conectar el BTC vaya desde Turquía con el Trans-Israel que llevaría los recursos del mar Caspio al Rojo abriéndole camino a Asia… a condición de suprimir la costa Siria y del Líbano. Cuando Siria en 2013 conoció la importancia de sus yacimientos, que había sido ocultada, firmó varios contratos con Rusia para la futura explotación del gas sirio.
En 2014 los palestinos discutieron con Rusia la posibilidad de confiarle la explotación de su yacimiento de gas de las aguas de Gaza, un yacimiento de petróleo en los alrededores de la ciudad palestina de Ramallah, en Cisjordania y la construcción de una termoeléctrica.
Se trata además de los objetivos regionales, de impedir el desarrollo de Rusia y sobre todo de China, que es quién necesita los hidrocarburos para proseguir su espectacular desarrollo económico, ya que a Rusia le sobran.
El hecho de que los iraquíes hayan firmado ya hace años el paso por su territorio del gasoducto Irán – Siria – Mediterráneo, de que además, ya estén vendiendo cantidades importantes de gas a China y hayan aceptado la colaboración de ese potencia en la prospección de los hidrocarburos en su país, que ya está funcionando, es un agravante.
La posible cooperación respecto a los nuevos yacimientos sirios con Rusia es otro motivo de inquietud. Que palestinos también consideren aceptar la ayuda de Rusia para la construcción de su infraestructura energética también lo es.
Y todavía más si consideramos la reciente cooperación militar entre Irak, Irán y Rusia. Todo ello haría más urgente para Estados Unidos e Israel impedir estos acuerdos.
Todo el mundo bien informado, sabe desde hace décadas que el sur del Mediterráneo encierra grandes yacimientos de gas natural, localizados en las aguas territoriales de Egipto, Israel, Palestina, Líbano, Siria, Turquía y Chipre. Pero sólo las “potencias occidentales” sabían desde 2003 cómo estaban repartidos esos yacimientos, y cómo se extendían bajo la plataforma continental.
Como reveló en aquel momento el profesor Imad Fawzi Shuebi, una compañía noruega llamada “Ansis”, realizó legalmente en Siria un trabajo de medición del país en cooperación con la compañía petrolera nacional. “Ansis” trabajó también con otra compañía -igualmente noruega- llamada “Sagex”. Ambas compañías noruegas habrían sobornado a un responsable de los servicios secretos, realizaron clandestinamente una serie de investigaciones tridimensionales y descubrieron la increíble importancia de las reservas sirias de gas, que resultarían ser incluso más grandes que las de Qatar.
Posteriormente, “Ansis” pasó a ser propiedad de “Veritas SSGT”, una compañía franco-estadounidense con sede en Londres. Los datos que había recogido fueron revelados de inmediato a los gobiernos de Francia, Estados Unidos, Reino Unido e Israel; que rápidamente establecieron una alianza para destruir a Siria y obtener el gas de ese país. En 2010, Estados Unidos habría confiado a Francia y al Reino Unido la tarea de recolonizar Siria.
No fue hasta el verano de 2013, que el gobierno sirio tuvo conocimiento de los descubrimientos de la “Ansis” y la “Sogex”, lo cual le habría permitido comprender el “plan de Washington”. A partir de aquel momento, el Presidente sirio Bachar al-Assad ha firmado varios contratos con empresas rusas con vistas a la futura explotación del gas sirio.
Veamos, el gas en Israel, en Palestina y en Líbano. “British Gas” exploraba las reservas palestinas, pero Israel se oponía al inicio de su explotación por legítimo temor a que los palestinos utilizaran los ingresos para comprar armas.
En Julio de 2007, el “nuevo enviado especial “de la ONU, Unión Europea, Rusia, Estados Unidos; Tony Blair negoció un acuerdo entre palestinos e israelíes, acuerdo que debía permitir la explotación de los yacimientos Marine-1 y Marine-2, en las aguas territoriales de Gaza.
El entonces Primer Ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, aceptó que “British Gas” depositara los ingresos de la Autoridad Palestina en una cuenta bancaria, bajo control de Londres y Washington para garantizar que esos fondos se destinaran al desarrollo económico.
En octubre de 2010 las cosas se complicaron aún más cuando “Noble Energy Inc.” descubrió un mega yacimiento de gas offshore, el “Leviathan”, que abarca parte de las aguas territoriales israelíes y libanesas. El “Leviathan” venía a agregarse al yacimiento “Tamar”, descubierto en 2001 por “British Gas” en aguas israelíes. El Líbano, por iniciativa del Hezbollah, presentó de inmediato el caso a la ONU e hizo valer sus derechos de explotación. Pero, ignorando las protestas libanesas, Israel comenzó a explotar unilateralmente el gas de los bolsones que abarcaban las aguas de ambos países.
De esta forma, llegamos a la guerra por el gas palestino. La actual ofensiva de Israel contra la “franja de Gaza” tiene varios objetivos … pero lo único que permitiría llegar a una comprensión correcta de los acontecimientos, es su lectura bajo el ángulo de los intereses en materia de control de las fuentes de energía, ya que -desde el punto de vista político- no es de interés para Israel destruir el Hamas, movimiento a cuya creación contribuyó para debilitar a al-Fatah.
Conclusión
Otra Franja de Gaza es posible
Las violaciones en el conflicto de Gaza ocurren en los dos lados, pero la responsabilidad evidentemente a la luz de los hechos, no es del mismo nivel. Mientras no haya voluntad política para imponer sanciones a quienes violan el derecho internacional no va a pasar nada. ¿Hay esa voluntad?
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, los condeno “enérgicamente” y manifestó que ese ataque “inadmisible” exige “que se rindan cuentas y se haga justicia”. Pero con expresiones o retóricas, no alcanza, ya que evidencia inacción institucional.
Una vez más, son las palabras casi en soledad de una persona, y no la decisión de la ONU como cuerpo colegiado que tiene la potestad efectiva para tomar medidas. Si bien es cierto, que Naciones Unidas está haciendo una tarea importante en la protección de civiles en Gaza, ofreciendo apoyo y refugio en sus propias sedes, y denunciando las violaciones del Derecho Internacional Humanitario, y esto hay que destacarlo. Lo real, es que el Secretario General poco puede hacer mientras que los miembros del Consejo de Seguridad con Derecho a veto, no tomen ninguna iniciativa acordada, cuestión que no parece que vaya suceder; teniendo en cuenta que EEUU apoya “activamente” a Israel; Rusia y China “tienen una actitud pasiva”, y Francia y Gran Bretaña “siguen a Washington”.
No hay solución militar posible porque a pesar de todo, a pesar de lo que dijera la entonces poderosa Primer Ministro israelí, Golda Meir en 1969, Palestina y los Palestinos existen. Por lo tanto, la única solución pasa por poner fin a la ocupación, a los asentamientos, a la exclusión; es la decisión de aquellos que están en el poder de clasificar y evaluar el grado de humanidad de los otros con el objetivo de controlar y dominar.
Dicho en palabras de la académica israelí Nurit Peled, “el Estado de Israel, que se declaró oficialmente un “Estado de apartheid”, se distingue por lo que ha sido siempre el método del racismo más típico y exitoso: la clasificación de los seres humanos”.
Al igual que otra Sudáfrica fue posible, hagamos votos porque otra “Franja de Gaza” sea posible.
Fuente: http://informadorpublico.com/2014/08/03/paren-la-guerra/


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