miércoles, 29 de junio de 2016

En el Día del Papa mi apoyo a Francisco


Hoy se conmemora la solemnidad de San Pedro y San Pablo, es el Día del Papa, de nuestro querido Padre Francisco, el viajero del fin del mundo que llegó a Roma para llevar las intenciones de un mundo mejor, como el pastor de todos, como el mensajero universal de la paz y el amor. El ataque a sus acciones
Por Oscar Dufour |                                     twitter DufourOscar
La humildad construye puentes, pero la humildad de nuestro querido Papa Francisco establece vínculos superadores que derriba muros, y emerge sin proponérselo como el líder de los ejércitos invisibles, cuyas principales armas son la bondad, la confianza, la inclusión, el diálogo, donde sus gestos e ideas invaden un mundo ávido de buenas enseñanzas y de buenos ejemplos. Ese es Francisco, el siempre recordado Padre Jorge, hoy el Papa de todos.
Su prédica se debate entre un mundo lacerado por las guerras y la violencia, herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar; y los pobres, los excluidos que en definitiva como el subraya cuando puede, los destinatarios privilegiados del Evangelio, donde Francisco dice sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres, afirmando y rogando que nunca los dejemos solos. No es difícil comprender a Francisco y su misión universal, con una infatigable tarea que realiza cotidianamente al tiempo que siempre ofrece su mejilla, pero claro, quienes quieren hacer creer que es normal que avance la pobreza y la exclusión y que se naturalice la corrupción, seguramente van a ser los primeros en criticarlo, a juzgarlo sin piedad.
La pobreza molesta, hablar de pobreza incomoda, por lo tanto en general no pocos suelen ocultarla e intentan invisibilizarla; y en particular en nuestra querida Argentina algunos desde la política, otros desde algunos medios de prensa, se transforman en verdaderas cuñas para tumbar la verdad y ocultar a los más vulnerables; entonces no es descabellado concluir que la pobreza y la verdad es lo que molesta, y junto con ella, el Papa Francisco; un Papa que desde el sillón de Pedro, proclama a los cuatro vientos y en todos los continentes del planeta, la verdad, la realidad, la franqueza, la solidaridad, la coherencia, la ética, la justicia, como parte de un conjunto de valores.
Seguramente, lejos de festejar su día, Francisco que recientemente expresó públicamente su tristeza por el atentado en Estambul, donde se llevó a cabo un atroz ataque terrorista que mató e hirió a muchas personas; también su preocupación y sentir como él expresa, está en esta parte del mundo, en nosotros, en nuestros sufrimientos, en nuestras carencias, en los excluidos; pesadumbre que lo expone a un solapado ataque que probablemente se ejecute de modo sistemático, cuando Francisco con la claridad que lo caracteriza, se exprese contra los poderosos de la región y sus políticas neoliberales.
En conclusión: En el día del Santo Padre, mi más firme adhesión a su accionar, a sus prédicas que resultan incómodas y pretenden ser silenciadas por unos pocos, -algunos circunstancialmente ostentan el poder-, a los que les hago llegar mi repudio por sus malas prácticas, en este evidente intento de instalar una campaña fenomenal e inusual contra Francisco.
Concluyendo con sus palabras “seguramente la paz no la hacen los mansos, es empresa de corajudos; de los Gandhi, Mandela, Rabin; de quienes para hacer la paz debieron hacer lío”, y vaya si tiene razón nuestro querido Papa.
Feliz día Francisco, rezamos por vos!
Los que quieran oír, que oigan…

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