El peronismo, aunque algunos pretendan negarlo, es un fenómeno único y
excepcional en Argentina. En medio de una caliente tensión
partidaria, el 8 de Mayo próximo hay elecciones internas en el PJ Nacional, con
un kirchnerismo en retirada, que pretende instalarlo a Gioja; emergen dos
firmes candidatos a presidirlo, Juan Manuel Urtubey dentro del partido, y
Sergio Massa por fuera. Convivencia o Fractura
Por OscarDufour (*) |
El peronismo es un fenómeno único y excepcional en Argentina, es un
caso tal vez comparable con algunos similares en la región y el mundo, esa
comparación es necesaria para entenderlo, como a todos los fenómenos políticos.
Su comprensión no se agota cuando se le pone un nombre, sino cuando se
encuentran sus especificidades como partido de poder.
En realidad, nosotros los argentinos
somos únicos, y aunque a veces lo parezca, no seguimos modelos de nadie. Tampoco
encajamos en “ninguna categoría de países”,
parece utópico o irreal, pero seguramente muchos coincidirán con mi
apreciación, no es cuestión de 1º o 3º mundo, somos argentinos y esto es
Argentina, aunque desde el exterior pretendan catalogarnos.
Como sociedad, desde nuestra
génesis también vivimos entre la “convivencia” y la “fractura”,
la acción de conjunto casi siempre brilló por su ausencia, ocurrió en los albores de nuestra
independencia política entre “independentistas” y “monárquicos”, más tarde
entre “federales” y “unitarios”, ya más cerca en el tiempo entre “peronistas” y
“anti-peronistas”. Muchos peronistas, creemos que el problema argentino no es en
realidad un problema político, es un problema económico-social que la Nación viene reclamando se solucione desde
hace más un siglo, y que no fue nunca encarado por las fuerzas políticas que
tuvieron una razón de ser en esta cuestión, desvirtuándose y transitando entre
la “convivencia”
y la “fractura”,
porque encararon las formas y las soluciones políticas que al pueblo argentino
no le interesaban, en vez de apuntar a las soluciones de sus problemas más
acuciantes sociales y económicos.
Pero volvamos al peronismo y a la interna partidaria, la
tensión permanente que ha acompañado a este gran movimiento político nacional
desde su creación en 1945, es la misma que ha acompañado al País; “presente” o “proscripto”, siempre ha tenido un papel protagónico marcando el
ritmo de nuestra Nación. Su creador el General Juan D. Perón, fue más allá,
cuando en una oportunidad, expresó ante los delegados del Congreso General
Constituyente del Partido Peronista, como probable, que ese partido pase a la historia
como el Renacimiento Argentino. Es evidente que este deseo de algunas
generaciones de peronistas, es aún una materia pendiente. La pregunta es ¿cuál es el problema del peronismo? Que
hoy transita como la sociedad entre la “convivencia” y la “fractura”.
Si entendemos como “fractura” la acumulación
de irresponsabilidades desde lo político, es en consecuencia altamente
probable, que el partido se dirija en ese sentido. Salvo que emerja una madurez
política, hasta el momento ausente, y con ella, ejemplos a seguir como otrora el
de Perón-Balbín, con una fuerte asociación con la tolerancia, que revitalice la
“convivencia”,
y con ella se ponga límite a los factores de desintegración partidaria situada
en los extremos, con posiciones intransigentes, como ocurriera a comienzos de
los ´70. No es un secreto que la “clave”
de la eternidad peronista, radica en sentir
al peronismo, y al permanente ejercicio de no ver al otro como un enemigo, sino
como un circunstancial adversario en una contienda electoral, donde las
organizaciones sindicales son como ayer y siempre, su columna vertebral, la organización obrera es para nosotros la
base de nuestros procedimientos.
El PJ en busca de un
conductor
“Para ser peronista no es suficiente haber intervenido en nuestro
movimiento; no es suficiente haber sido elegido para una función dentro del
mismo, no es suficiente decirlo y que lo digan los demás. Es necesario e
imprescindible que cuanto se dice aquí se sienta profundamente”. Así se
expresaba quien fuera su máximo conductor, Juan D. Perón; quien pese a estar, proscripto y perseguido
por 18 años, donde se acercó al mundo y se dedicó al estudio, apenas regresó,
se encontró con los opositores y dio muestras de “convivencia” política.
Hoy, también es necesario a la
cabeza del PJ Nacional, la figura de un dirigente que pueda dialogar y acordar
políticas y estrategias comunes que fortalezcan el sistema democrático,
brindando también ejemplos de “convivencia” política partidaria y
también institucional. Para quienes sostienen que el peronismo “muta”, mi respuesta es que el peronismo es uno solo, el
de “Perón y Eva Perón”, Antonio
Cafiero en los ´80 salió del PJ para desde la sociedad redefinir al peronismo
como socialdemócrata; Carlos Menem no salió del PJ pero se alejó de su dirigencia,
y redefinió al partido como fuerza modernizadora enmarcada en el “mercado”,
Néstor Kirchner desde el comienzo mantuvo distancia del peronismo institucional
mostrándose como un líder de opinión en sus primeros años, forzó “fractura”
como en la Provincia de Buenos Aires en 2005, con su mentor Eduardo Duhalde, y expulsar
del PJ y el Estado a quien lo resistía.
Pareciera una constante en el PJ,
que sus máximos conductores no dejen delfines, Perón dejó como único heredero al Pueblo, sus
sucesores a ninguno; Menem siempre abrigó con volver, y los Kirchner creyeron
que la fórmula era la sucesión matrimonial, con una hegemonía kirchnerista donde la reelección de
Cristina terminaría con la autonomía del peronismo. No fue así.
Hoy, el kirchnerismo está en retirada, intentando dar su última gran
batalla para mantener el poder partidario, un PJ cuasi cerrado durante estos últimos 12 años. El pasado miércoles
24, en la reunión del Consejo Nacional, avanzaron las conversaciones para que
José Luis Gioja sea elegido Presidente del PJ por consenso. En tanto crece la
expectativa dentro del partido en torno a la figura dialoguista del actual
Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y con él, también emerge por fuera
del partido el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien se encontraría
con un elevado nivel de popularidad, el mismo, que cuando venció a CFK y al kirchnerismo, allá por el 2013 en
Buenos Aires.
En conclusión: Se vislumbra con vistas al 8 de Mayo, una interna
partidaria caliente en el PJ Nacional, porque ya es hora de abrir nuevamente
sus puertas, quienes tenían un proyecto
alternativo al peronismo como el kirchnerismo,
se encuentran en retirada, pasó antes con el menemismo. Hoy la disyuntiva es la
“convivencia”
o la “fractura”.
Ante este dilema, recuerdo al
creador de nuestro Movimiento Nacional Justicialista cuando decía: “Nuestra misión no la podemos cumplir en la
corta vida de un hombre. Los hombres pasan… En consecuencia, buscando la
perennidad para nuestro movimiento, es necesario que lo organicemos con … que
nos prolongue a través de nuestros hijos, de nuestros nietos y de las demás
generaciones”.
Bs. As., Febrero 25 de 2016.-
(*) Escritor,
periodista y ensayista. Presidente de la Agrupación Nacional de la Reconquista
Peronista

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