miércoles, 1 de octubre de 2014

Recuerdo del Almirante IM Carlos Büsser

septiembre 27, 2014

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Hace dos años fallecía a los 84 años de edad.


El 29 de septiembre de 2012 fallecía, a los 84 años de edad, a causa de un infarto de miocardio, el Almirante IM Carlos Büsser, uno de los héroes de la gesta histórica de recuperación de nuestras Islas Malvinas, siendo en 1982 el Jefe de la llamada “Operación Rosario”, como finalmente se denominó al desembarco argentino para la toma de las Malvinas, que involucró a gran parte de la Armada Argentina.

En esa “operación” se formaron entonces tres grupos diferentes, el primero incluía las unidades de transporte; buque de desembarco de carros Q-42 ARA Cabo San Antonio, rompehielos antártico Q-5 ARA Almirante Irízar y el transporte Isla de los Estados. Junto a estos buques navegarían los destructores D-1 ARA Hércules y D-2 ARA Santísima Trinidad, las corbetas P-1 ARA Drummond y P-3 ARA Granville y el submarino S-12 ARA Santa Fe. Dando cobertura a estas unidades de intervención se encontraban el portaaviones ARA 25 de Mayo, los destructores D-27 ARA Comodoro Py, D-26 ARA Bouchard y D-29 ARA Piedra Buena y el petrolero B-18 ARA Punta Médanos. En esta “operación” táctica intervinieron un total de 700 Infantes de Marina y 100 integrantes de fuerzas especiales.

Büsser se encontraba al momento de su muerte cumpliendo arresto domiciliario, a la espera de un “juicio” por su presunta participación en “delitos de lesa humanidad” en ocasión de haber sido destinado en Bahía Blanca. Dos días después, fallece su esposa y compañera de toda la vida Sra. Delia Niemitz de Büsser.


Les dejo a continuación un fragmento fiel de la entrevista que concedió por escrito a la “BBC” en español.


Fragmentos de la entrevista que el Almirante IM Carlos Büsser concedió por escrito a la BBC en español.
“En las operaciones anfibias, el día comienza en las últimas horas de la noche, cuando los hombres se preparan para entrar en combate, desayunan, toman su armamento y se dirigen a los lugares de embarco”, señaló el contraalmirante, refiriéndose al 1 de abril de 1982, a pocas horas de producirse el asalto contra la capital del archipiélago Port Stanley / Puerto Argentino.

Los Infantes de Marina a su cargo -y otros efectivos del Ejército y la Armada- habían llegado a la costa de las islas en dos buques de desembarco: el Cabo San Antonio y el Santísima Trinidad. Además participaron el rompehielos Almirante Irizar y el submarino Santa Fe.

En total, había decenas de vehículos armados y cientos de efectivos, incluyendo unos 80 miembros de las fuerzas especiales.
“Durante la travesía hacia las islas nos acompañó un fuerte temporal, casi hasta el momento de llegar”.

“La masa de tropas en el buque de desembarco de tanques del ARA Cabo San Antonio tenía experiencia en ejercicios anfibios anteriores, de modo que su adaptación a las malas condiciones del mar fue buena (…) En las horas previas a la operación todos se veían muy tranquilos, concentrados en preparar el armamento y los jefes de fracciones enfocados en sus planes y estudio de los objetivos”

Tras haber preparado la maniobra numerosas veces con anterioridad, ya se sabía que una vez que se diese la orden de embarco el personal sólo tardaría 18 minutos en estar listos para desembarcar. Y así fue en la mañana del 2 de abril. (…)
La punta de lanza de la operación fueron ocho buzos tácticos que salieron aproximadamente a las 0400 del 2 de abril del submarino Santa Fe, comandado por el capitán Horacio Bicaín.
“Al llegar a tierra se adoptó un dispositivo de seguridad, ya que el enemigo que esperábamos en la playa no daba señales de presencia. Cuando estábamos por ingresar a Port Stanley recibimos fuego. La vanguardia desembarcó de sus vehículos y rechazó el ataque obligando a los soldados británicos a retirarse”.

Pero simultáneamente hubo un pequeño grupo de fuerzas especiales que trataba de lograr un objetivo crucial: tomar la casa del gobernador y lograr la rendición.
“La gran dificultad era que, según nuestra inteligencia, los británicos no se iban a rendir sin haber sufrido o habernos causado bajas, por lo que la única solución era lograr que se rindieran antes de que comenzara o se generalizara el combate”.

“Por eso ordené que el grupo del capitán (Pedro) Giachino presionara al señor (Rex) Hunt (gobernador de las islas) con el objeto de quebrar su voluntad y lograr una rápida rendición”.

“Giachino y sus hombres cumplieron acabadamente esa exigencia. Hicieron fuego nutrido sobre la parte superior de las ventanas de la casa de Hunt, y en particular sobre el despacho donde estaba el mismo Hunt, obligándolo a tirarse debajo del escritorio”.

Conclusión


La defensa de nuestros intereses nacionales y nuestra Soberanía Nacional, requirieron en toda nuestra historia contemporánea de la valentía y profesionalidad de muchos héroes, su mayoría lamentablemente son los anónimos y no conocemos sus narraciones, por suerte unos pocos salieron a la luz con ellas, para ilustración de la opinión pública y las nuevas generaciones.

El señor Almirante IM Carlos Büsser es uno de nuestros héroes de la Guerra de Malvinas que siempre deberíamos recordar; y me permito hacerlo con las conmovedoras palabras que me hizo llegar recientemente quien reemplazara al Capitán Giachino luego de su heroica muerte, el entonces 2do. Comandante del Batallón de Infantería de Marina N° 1 CFIM Carlos Víctor Bulfon: “LOS FRUTOS Y LA FUERZA DE LA SANGRE DERRAMADA 1982-2014… Con la Fuerza de la Supervivencia y el recuerdo constante del ejemplo pasado, de los componentes, Infantes de Marina, que entregaron su vida por el Grupo, por sus compañeros, por la IM y la Patria, en 1982… 30 años después, decidimos juntarnos, para volver a reconocer, cual fue la Fuerza de la llama, que ya nos había convocado, cuando la Nación, lo reclamaba en peligro. Desde aquel momento en 2012, decidimos que seguiríamos adelante… no por el recuerdo y homenaje a los héroes… sino por nosotros, porque lo merecemos, porque fuimos Valientes y este es el fruto de aquella sangre derramada, por nuestros héroes:”Soldados BIM 1″, 2014.” 

Vaya si lo merecen nuestros héroes de guerra. Interpreto que fue una gran injusticia, el escarnio que ya ancianos el Almirante Büsser y su esposa debieron soportar por el capricho y arbitrariedad de unos pocos. También como él, otros que han servido con honores a la Patria están en prisión, a la espera de un “Juicio” que nunca llega y seguramente nunca va a llegar con la transparencia y objetividad que debiera, ya que muchos de los que deberían rendir cuentas a la Justicia por su pasado “violento” hoy se encuentran libres o en la función pública. Considero que si la Justicia no es para todos, no es Justicia.

Señor Almirante IM Carlos Büsser, descanse en paz. ¡Dios lo tenga a su lado!
Oscar Dufour


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